OPCIÓN #1: consiste en hacer un ejercicio de "introspección" y preguntarnos ¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad de trato y no discriminación?
Mi trabajo dentro de la Administración se desarrolla en el departamento de personal. Afortunadamente, y gracias a los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, y gracias al sometimiento de la administración al imperio de la ley, pienso que es raro ver situaciones en las que se discrimine a los empleados públicos. Al menos en mi día a día profesional no observo que se produzcan situaciones en las que se discrimine a mis compañeros o compañeras de trabajo por ninguna circunstancia personal o profesional. Creo que la idea de la igualdad de trato ya está muy asentada en la inmensa mayoría de empleados públicos, y ello conlleva la ausencia de situaciones discriminatorias.
Y a partir de ahí, ¿ Qué puedo hacer yo?,
Me voy a referir a una cuestión concreta. En los próximos meses se prevé la incorporación a mi unidad de dos personas con discapacidad intelectual. He estado informándome lo mejor posible sobre cómo funciona su proceso selectivo, cuáles serán sus funciones etc. y pretendo, una vez tomen posesión, tratar de que su incorporación sea lo más agradable posible. Intentaré, dentro de mis posibilidades, que se sientan cómodos en sus puestos de trabajo. A su vez, una buena adaptación, y un buen ambiente de trabajo, seguro que redundará positivamente en su rendimiento.
Se trataría, simplemente, de amoldar mi trabajo habitual a las necesidades que pudieran tener ( si es que las tuvieran), ayudándoles en todo lo posible, para que se sientan uno más, y tan importantes en el día a día de la unidad como el que más.
Sé que es una pretensión modesta, pero no por ello menos importante.
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